Los cantantes pop, los futbolistas, sus mujeres, las actrices y actores, sus enredos amorosos, su vestuario, sus adicciones, todo ello palidece ante el Mayor Espectáculo del Mundo (al menos para Guatemala: las elecciones).
Estas farsas en las que los de siempre apuestan otorgando fondos a los candidatos que van a la cabeza en la contienda para poder cobrar luego sus apoyos, resultan mucho más atractivas que las traiciones amorosas, las borracheras, las drogadicciones de los ricos y famosos. Y tienen la virtud de que no ocurren todo el tiempo, y como los circos que son, tienen sus temporadas.
Pero al menos en 2007, tal como sucedió casi desde el establecimiento formal de la democracia en los años 80 del siglo pasado, ninguno de los candidatos es garantía de que las cosas vayan a cambiar en el país. La gente comienza a saberlo, por eso la mayoría de votos, hoy por hoy, se los lleva la indecisión.
Por cuatro años más seguiremos sufriendo las carencias en salud, en educación, etcétera. La inseguridad alcanzará cotas más altas. A lo mejor encuentran otras posesiones del pueblo para venderlas y llenarse las bolsas. Privatización, que le llaman.
Y cuatro años no son suficientes para la formación de líderes como los que asesinaron los militares durante la guerra. Pero no hay que perder las esperanzas. Los procesos sociales son largos.
Por el momento, bostezo.
sábado, julio 28, 2007
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1 comentario:
Es lastimoso el panorama que ayer me corroboró nuestro amigo Charakotel con otra entrada. No veo otra salida que una nueva generación de políticos o una refundación del Estado.
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