Tal vez
ese no sea un tema para este blog, pero ¿quién decide lo que yo debo o no debo
poner en mi blog? ¿Mmm?
Estoy
harta de recibir correos electrónicos donde me ofrecen de todo, desde viajes
maravillosos que solo cuestan una cantidad de dólares que, les juro, no tengo
en el banco ni en mi bolsillo, hasta
cursos sobre cuestiones que no muy me interesan ni me interesaron nunca, como
estudiar contaduría, o cómo hacer dinero fácilmente y todas esas ofertas
idiotas que ustedes también deben recibir. No creo que haya una entidad en este
mundo que se dedique a enviarle a Ana María Rodas toda clase de propuestas
erráticas, babosas o sin sentido.
Ahora
bien, lo que ya no soporto es que de cada dos mensajes de spam, uno sea una
propuesta para alargarme el pene. Juro ante Dios y ante todos ustedes que nací
con un sexo femenino que conservo hasta la fecha. Soy una mujer. No tengo pene.
Y si lo tuviera por alguna de aquellas rarezas que suele echar la naturaleza al
mundo, probablemente no querría alargármelo.
He
llegado a este día sin estirarme la cara, ni sacarme grasa de por aquí o por
allá. No pienso hacerlo porque de verdad, creo en que Lady Gaga sería una niña
de colegio de monjas si yo decidiera estirarme la piel, usar botox, meterme hilos
entre un extremo y otro del rostro. Esas son cosas que tienen que hacerse las
presentadoras de televisión y algunas señoras que no están conformes con quienes
son.
Por eso
los jorobo hoy con mi fotografía. Una
que me tomó un alumno de la Landívar,
José Adán Morales, y que me gusta particularmente porque sí, esa soy yo.
Disculpen
que no hable hoy de las cosas serias de este mundo pero es que ya estoy harta
de los buenos deseos de quienes quieren agrandarme un pene que no tengo. Lo que sí sospecho es que debe haber multitud
de hombres inconformes con lo que les tocó, y por eso, abundan los emporios de
alargamiento. Pero insisto, soy mujer.
2 comentarios:
Lo peor es recibir ese mensaje de alargamiento o de viagra y pensar ¿PERO CÓMO SE HAN ENTERADO?
Saludos :-D
Ángel, sos un genio, francamente.
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