domingo, julio 07, 2013

Petróleo y minería

A estas horas, nueve de la mañana en Guatemala, continúa ardiendo un tren que transportaba petróleo crudo en la región de Quebec, Canadá, y que se descarriló ayer muy temprano en el centro de la ciudad de Lac-Mégantic, iniciándose un incendio que ha causado la evacuación de más de 2,000 residentes de los 6,000 de aquella localidad, al menos una muerte, la desaparición de 100 personas, y el saldo de numerosas viviendas y edificios quemados totalmente.

El tren, o mejor dicho el convoy porque se trataba de 73 vagones cisterna llenos de petróleo crudo,  produjo con el incendio inmensas cantidades de humo que intoxicaron a cientos de personas. Además, hay daños ecológicos que aún no han sido determinados en su totalidad.

Hubo, en las primeras horas del siniestro, seis explosiones de gran magnitud y muchas otras menores. Entre 150  bomberos se logró, hasta esta madrugada, comenzar a sofocar  el incendio que ocurrió justamente en el casco histórico de la localidad. Hasta cinco pequeños lagos de crudo ardieron por casi 20 horas en el lugar.

El desastre ocurrió en un país del primer mundo, que posee todo lo necesario para que el transporte de sustancias contaminantes no produzca catástrofes como la de ayer.

Una piensa en el derrame provocado por el petrolero Exxon Valdez tras encallar en marzo de 1989, con una carga de 11 millones de galones de crudo en Prince William Sound, Alaska, vertiendo al mar  37.000 toneladas del crudo que se expandió sobre más de 2,000 kilómetros de costa.

La Deepwater Horizon era una plataforma petrolífera semisumergible en aguas ultra-profundas construida en el año 2001 en el Golfo de México. La plataforma se hundió en abril de 2010 como resultado de una explosión, provocando el más importante derrame petrolífero de la historia, estimado en 779,000 toneladas de crudo.

¿Y aquí, paisito maquilero,  se llama ecohistéricos a quienes se oponen a la explotación de nuestro patrimonio ecológico que deja unas miserables ganancias al país? La explotación minera, por ley contenida en el Decreto 48-97, solo le resarce al Estado el 1 por ciento de las regalías. Por ejemplo.

Recomiendo leer el libro Petróleo y minería en las entrañas del poder, publicado por Inforpress Cenroamericana, para averiguar nuestra cuán inermes estamos frente a los intereses de las grandes compañías que explotan los recursos naturales en países como el nuestro.


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