miércoles, octubre 15, 2008

Sobre la pobreza



Las organizaciones pertenecientes a la campaña Derecho a la alimentación Urgente, Prosalus, Cáritas, Ingeniería sin Fronteras y Veterinarios sin Fronteras, han denunciado que el número personas que pasan hambre alcanzó el año pasado los 923 millones de en un mundo que ‘produce alimentos para el doble de sus habitantes’, según han informado los medios de comunicación mundiales.

’Cuando el 75% de las personas que pasan hambre trabajan en el mundo rural, es decir, son productores de alimentos, y cuando se generan alimentos para el doble de los habitantes que actualmente hay en el planeta, se evidencia que la violación del derecho a la alimentación es un problema de acceso a los productos y recursos suficientes y adecuados para satisfacer las necesidades alimenticias’, manifiestan las ONG en un comunicado.

Mañana jueves se celebra el Día de la Alimentación y la campaña explica que la crisis financiera y alimentaria se origina en el fracaso del actual modelo de desarrollo. Por ello, en parte, la subida del precio de los alimentos, cuya media fue de un 52% entre el 2007 y el 2008, en un período en el que el precio del arroz sufrió un aumento de un 200%.

Afirman las ONG, y no veo razones para llevarles la contraria, que las causas del incremento de precios hay que buscarlas en las políticas agrarias de las últimas décadas --y no en el campo, donde las cosechas del 2007 batieron cifras récord-- centradas en la rentabilidad comercial de los alimentos, en lugar de hacerlo en garantizar el derecho a la alimentación. También son determinantes la especulación financiera en mercados de futuro y fondos de inversión con los productos alimenticios. ¿Por qué esto me parece familiar en estos días y en este país?

Por instituciones como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, en los años 80, la agricultura dejó de ser una prioridad para la mayoría de los países en desarrollo, que abandonaron los cultivos orientados a la alimentación de la población y se centraron en la producción destinada a la exportación, añade el comunicado.

Mientras tanto, los países industrializados emplearon programas millonarios de subsidios agrarios, que les permitió la comercialización a precios más baratos de sus productos. Entonces, países como el nuestro, que históricamente eran productores de alimentos se han convertido en importadores de alimentos subsidiados, y esto, unido a la falta de inversión en tecnología, sistemas de riego, capacitación e infraestructuras está acabando con la agricultura local.

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