jueves, septiembre 18, 2008

Porqueses y asegunes

En enero acepté el reto de transformar el Diario de Centro América --un diario nacional que durante el tiempo de la guerra fue una vía de propaganda, y que desde el 86 había sido el papelón de las relaciones públicas de los funcionarios de turno-- en un diario verdadero.

Justo es decir que el Diario de Centro América, que vio la luz en 1880, se encuentra entre los cuatro periódicos más antiguos del continente americano y merecía un mejor destino. También es preciso contar que el periódico fue la zanahora que le pusieron a la burra enfrente. Cuando vine a darme cuenta estaba a cargo, no solo del diario sino también de la Tipografía Nacional y de la tarea de recaudar, con la venta del diario y la producción editorial, los fondos necesarios para el funcionamiento de ambas empresas que se manejan con sus propios ingresos.

La tarea ha consumido todo mi tiempo. No he tenido tiempo de sentarme a llorar por echar de menos mis blogs. Pero el diario ha cambiado, se han creado unas buenas relaciones con los trabajadores, representados por dos sindicatos que en los primeros tiempos pedían mi cabeza cada jueves y domingo.

He logrado apoyarme en gente extraordinaria para llevar a cabo las transformaciones. Puedo sentirme orgullosa del equipo que hemos creado.

Estamos poniendo en marcha un sueño de tantas décadas: la producción de libros a precios populares. Por supuesto, el canon de los autores nacionales desde el siglo XIX hasta nuestros días, las crónicas indígenas y españolas de la colonia, algunas desaparecidas de los anaqueles de las librerías desde los años 30 y 40 del siglo pasado; otras, jamás editadas. Y una serie de documentos que añaden a la historia del país y de su gente.

Hemos ido, con paciencia de hormiga, apuntalando cada departamento, cada sección. Y nos sentimos orgullosos del diario, estamos satisfechos con los equipos que hemos creado.

Por eso, mis queridos amigos, mis lectores empedernidos (no crean que no me he dado cuenta de que continuaban visitando mi escuálido blog de este año) he estado ausente. Les debía la explicación, y el agradecimiento.

Sin duda ahora que ya han pasado los primeros vendavales --que no fueron vientos-- de cambio en el bellísimo edificio de la Tipografía Nacional, tendré más tiempo para mis afanes personales y platiquemos más seguido.

Por ejemplo: del machismo rampante de los demócratas gringos, que prefirieron a un hombre en vez de una mujer. Negro, dijeron, preferible un negro, pero que sea hombre.

5 comentarios:

WARATE dijo...

ADMIRABLE LABOR, UN MERITO A SU FAVOR, JUSTICISIMO, HABLANDO DE MUJERES OCUPANDO PUESTOS, Q NI A HOMBRES Y NUESTRO MISMO GENERO LE PARECE...
SALUDOS!!! Y DESCANSE UN POQUILLO

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Querida amiga debo tener algo de mago porque suponía que estabas enfrascada en todos esos asuntos. Lo de los libros a precios accesibles me parece una idea excelente.

Un fuerte abrazo de ambos, Pedro y Sonia.

Anónimo dijo...

Tengo una suscripcion al Diario de Centro America y he apreciado el significativo cambio, gracias; siempre paso visitando su blog para deleitarme con sus escritos y analizar sus comentarios los cuales son muy interesantes y acertados.
Saludos,

Ángel M. Felicísimo dijo...

Felicidades por el trabajo, esperemos leerte más a menudo ahora. Un abrazo.

EDS dijo...

Gracias por continuar con el entusiasmo por hacer las cosas como debe ser. Este diario es ya un patrimonio nacional y yo diría americano, así que merece ser conservado por muchísimos años más.

¡Qué bueno que está de vuelta!
saludos sinceros.