miércoles, octubre 31, 2007

Un silencio más que elocuente

No se callaron cuando las amenazas fueron para José Carlos Marroquín. No iban a hacerlo porque la familia Marroquín está presente --con la excepción de Siglo XXI-- en todos los medios escritos de Guatemala: José Rubén Zamora Marroquín es el presidente de elPeriódico; Gonzalo Marroquín, su primo, es director editorial de Prensa Libre; uno de los hermanos menores de Gonzalo es director del Diario de Centroamérica. La familia Marroquín Milla es dueña del diario La Hora.

Con la excepción de un artículo de Haroldo Shetemul aparecido hoy en Prensa Libre, el silencio --de los inocentes, iba a escribir-- de los medios sobre las amenazas de que son objeto Enrique Castañeda y Hilda Mérida resulta ser de una elocuencia tenebrosa.

A lo largo de toda la campaña electoral se comentó que el comportamiento de los medios era ejemplar, que se evidenciaba una clara decisión de mantener la imparcialidad, versus su comportamiento de hace cuatro años, cuando el señor Berger era poco menos que un santo y acaparaba columnas y columnas frente a sus contrincantes, sobre todo frente al señor Colom, que en aquella época fue satanizado a diestra y siniestra, según convenía a la oligarquía, que deseaba tener a uno de los suyos en la presidencia.

Los diarios dejaron ver el cobre --de la parcialidad de los telenoticieros es penoso hablar-- cuando un par de semanas antes de la primera vuelta comenzaron a publicar fotos que le hacían el favor a Pérez Molina y ponían en mal a Colom. Recuerdo muy bien una página donde sobresalía Pérez Molina, sonriente y en primer plano al lado de una fotografía mugrienta, oscura, en la que aparecían, pequeñísimos y borrosos, Colom y su esposa. Colom y su esposa, en este país de machos son mal vistos. A lo mejor el descaro de Pérez Molina de andar todo el tiempo con Roxana Baldetti al lado sea un plus para los electores, que sueñan con tener integrada la fantasía de la mujer en casa, con la pata quebrada --a ella no le falta nada, dicen-- y las amiguitas.

De allí en adelante las fotografías, los titulares, enviaron un mensaje diferente. Y es que los medios no son entes independientes. Están ligados de muy diversas formas a la oligarquía, de cuyos favores dependen y a la que sirven moviendo la cola afanosamente.

Si no se callaron cuando el amenazado fue José Carlos Marroquín, una amenaza que los medios dijeron que venía de las propias filas de la UNE ¿por qué están tan silenciosos ahora que las amenazas provienen aparentemente del PP?

La Asociación de Periodistas de Guatemala se ha pronunciado en el caso de Enrique Castañeda y Hilda Mérida, pero ese pronunciamiento no halló eco en ningún medio. Ambos periodistas cayeron en desgracia realizando una labor de investigación para elPeriódico, que continúa mudo, escudado en la excusa de que una noticia sobre las amenazas sería dañina para el proceso electoral.

A veces tengo la impresión de ser uno de los últimos dinosaurios.

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