En una encuesta realizada el mes pasado, en la que participaron 15,000 hoteleros de 12 países europeos, los turistas japoneses resaltan como los mejor calificados en contraposición a los franceses, que son los menos apreciados. Por quejistas, por agarrados, y por no adaptarse a la cultura local.
Los hoteleros dijeron que los mejor vestidos son los italianos, que los peor vestidos son los gringos, pero que estos últimos son quienes dejan mejor propina, por contraste con los alemanes que mantienen bien cerrados sus monederos.
En general, los estadounidenses están bien calificados en asuntos tales como interesarse por la comida local, tratar de hablar el idioma del sitio que visitan, pero se sitúan en el penúltimo lugar de los quejistas.
La encuesta, dada a publicidad de manera muy parca, no elabora --¿political correctness?-- sobre por qué los franceses están en el último lugar de la popularidad.
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