Para recordar a Tony Blair

Es una lástima, pero probablemente la historia recuerde a Tony Blair como el aliado del señor Bush en la invasión a Irak. Pocos harán memoria de que durante sus diez años de gobierno se lograron, entre otras cosas, la introducción del salario mínimo, la firma del protocolo social de los tratados de la Unión Europea, la autonomía de Escocia y el País de Gales, la independencia del Banco de Inglaterra, y sobre todo, el proceso de paz en Irlanda del Norte.

El diario El País afirma que los logros de Blair ya estaban encaminados cuando el laborista llegó al 10 de Downing Street. No lo sé. Los procesos pueden irse al traste cuando menos se lo piensa uno. Si no, vean dónde pararon las pláticas entre el gobierno de Rodrìguez Zapatero y ETA, cuando se esperaba que la organización terrorista --como lo hizo el IRA en su momento-- entrara en razón y respondiera al deseo de los españoles de vivir en paz.

Es cierto que, como lo comenté en su momento, la caída de Blair la propició su alianza con Bush. Pero no puede olvidarse que fue quien firmó la paz con Irlanda del Norte.