Pedir cacao

El ministro de relaciones exteriores de Siria, Walid al-Moallema y la señora Condoleeza Rice, procónsul del imperio, sostuvieron ayer una plática de media hora en el marco de la reunión de Sharm el Sheik, Egipto, donde los representantes de 60 países se congregaron para tratar la condonación de parte de la deuda de Irak y hablar de la seguridad en ese país. Inútil es anotar que el promotor de estas iniciativas es el gobierno de EEUU, que evidentemente ya no sabe qué hacer con los carbones encendidos que lleva entre las manos.

La señora Rice buscaba también hablar con el canciller de Irán, Manouchehr Mottaki, durante una cena oficial para pedirle que ese país dejara de enviar armas a los milicianos shiítast en Irak, según dijo el departamento de estado. Pero Mottaki abandonó la cena antes de que apareciera Condi, aunque fuera sin cenar.

Los gobiernos norteamericanos harían bien en meditar sobre sus invasiones y pensar que tarde o temprano tendrán que retirarse, pedir ayuda para apagar fuegos, y sobre todo, que una potencia mundial ya no puede actuar impunemente como hace cien años. Tendrían que leer historia, al menos.