Linchamientos a la manera china

Los linchamientos, en China, se efectúan en el ciberespacio. Los cibernautas dan caza a un ser que consideran despreciable, lo investigan, lo ponen en evidencia publicando su nombre, la dirección de su casa y de su trabajo y la familia a la que pertenece.

Luego del terremoto de Sichuan se linchó a Sharon Stone, aprendiz budista y presuntamente superdotada, por su teoría poco científica de que el terremoto y sus 100.000 muertos se debieron a un mal karma. Muchos internautas se ofrecieron a pagarle nuevos tests de inteligencia.

Un profesor de nombre Fan, apodado el veloz, salió corriendo al comenzar el primer temblor de aquella serie fatal. Y los cibernautas, desde Hong Kong hasta el Tibet, lo denunciaron por haber pensado solo en sí mismo, olvidando a sus alumnos. Por supuesto, perdió el empleo.

El primer linchamiento fue contra una mujer que despanzurró a un gato y publicó un video en Internet, donde se veía al infeliz gato y parte del zapato que lo había matado. Los cibernautas analizaron píxel por píxel, averiguaron todo lo averiguable y la detestable mujer fue despedida de su empleo.

Han caído maltratadores de animales, estafadores, corruptos, infieles, irrespetuosos con la cultura china, etcétera. Es una justicia civil eficaz y rápida, dicen sus defensores. A mí los linchamientos me dan cosa. ¿Y si un inocente es puesto en evidencia por la red china? Un ostracismo inmerecido. Pero en fin, estoy de acuerdo con el castigo de la asesina de gatos y con poner en evidencia a Shron Stone por andar hablando burradas.