sábado, septiembre 20, 2008

Se nos fue la mano

El envejecido George W. -–no hay como pasar varios años por la presidencia de cualquier país, sobre todo si contra viento y marea se invade una región del mundo y se le vienen encima los peores descalabros económicos-- apareció ayer en todos los programas de noticias de todo el mundo. El motivo: el anuncio de que no, ya no vamos a confiar en Adam Smith y su famosa mano invisible, concebida sin duda bajo los efluvios de algún alcaloide favorito del siglo XVIII.

‘La mano invisible regula las conformaciones sociales y compensa los excesos por sí sola; es una especie de orden natural, pero que tiene las características de la bendición por las riquezas y un conjunto predeterminado de instituciones a partir de las cuales se mantiene el status social’. Adam Smith más o menos dixit.

El presidente del Comité de Banca del Senado, el demócrata Chris Dodd, destacó la importancia de la intervención, dado que el sistema financiero ‘estaba literalmente a unos días del colapso total, con todas las implicaciones que supone a nivel mundial’.

Bueno, la mano invisible no ha solucionado los problemas de la pobreza, el hambre, la desigualdad, diría yo, que presiento que todos los dineros nacionales que le van a aportar a los bancos, instituciones y demás parientes de Wall Street y todas las calles de la pared del mundo, será en beneficio de los mismos de siempre.

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