jueves, septiembre 25, 2008

Los huesos de García Lorca

Para ilustrar un poco a los escasos de cerebro que dicen que ‘es mejor dejar las cosas como están’ cuando hablan de su obsesión por no seguir buscando desaparecidos ni razones para señalar a los culpables de nuestras 200,000 víctimas, voy a referirme al caso de García Lorca.

Si bien es cierto que la familia del poeta -–por razones que ignoro-- preferiría que sus restos permanecieran en la fosa común en la que fue enterrado, los descendientes de dos de los asesinados con Lorca --el maestro republicano Dióscoro Galindo González y el torero Francisco Galadí Melgar-- sí quieren exhumar a sus sacrificados.

Si la democracia vale, dentro de poco tiempo veremos consternados, aparecer los restos mortales del gran escritor. Con la misma pena con la que vemos aparecer en estas tierras los huesos, las ropas e incluso los adornos de nuestros muertos. Nuestros muertos, porque esos sí que nos pertenecen a todos.

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