domingo, abril 27, 2008

Diez años, como si nada


El 24 de abril de 1998 salí de la Iglesia Catedral luego de haber asistido a la ceremonia donde la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado había dado a conocer a grandes rasgos los resultados de sus investigaciones sobre las atrocidades cometidas durante la guerra sucia en Guatemala. A grandes rasgos, digo, porque en un par de horas no se podía conocer todo lo que contienen los cuatro los libros con los hallazgos del Obispo y de sus colaboradores, el REHMI.

El aire de la tarde era suave y sentí que por primera vez en muchos años, podía respirar libremente. Desde el atrio vi hacia el parque central --jamás me acostumbraré a llamar plaza de la constitución a esa torta de cemento que reemplazó a los matilishuates y los parterres del parque-- y lloré en paz. Mis muertos, nuestros muertos, podían comenzar a descansar en paz.

Dos días más tarde los asesinos, los intelectuales y los materiales, actuaron con la bestialidad que les caracteriza. Mataron al Obispo pero no se dieron cuenta de que lo habían catapultado a la inmortalidad. Entre ayer y hoy el nombre de Juan Gerardi Conedera le ha dado la vuelta al mundo en los medios de comunicación.

En Guatemala ya quedan pocas personas que crean las mentiras que La Grange y Rico escribieron --pagados, porque ambos son revólveres a la orden-- tratando de enredar el asunto para desviar la atención del público.

Dentro de poco saldrá la traducción española del libro The Art of Political Murder, Who Killed the Bishop? Del guatemalteco norteamericano Francisco Goldman. La versión en inglés está a la venta en Sophos, no sé si también está en Artemis Edinter.

Les dejo la dirección del reportaje de Paola Hurtado de hoy en elPeriódico, y una nota de El País

Por la tarde:

En realidad, hay que leer detenidamente elPeriódico de hoy domingo. Por la entrevista que Enrique Naveda le hizo a Fukuyama, el que casi dos décadas más tarde abjura de lo que preconizaba en los 80.

Por el artículo de Stiglitz sobre los daños que la invasión de Irak le ha causado al mundo.

Por El Acordeón íntegro, con el discurso de Juan Gelman al aceptar el Pemio Cervantes, por la reprisse de Chico Buarque, la entrevista con Ballard, and last but not least, la columna de Sergio Ramírez sobre cómo Time apoya lo que Fidel dijo hace semanas sobre los biocombustibles etcétera.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Esos mismos malditos que hoy se dan el lujo de amenazar a Ramazzini con toda la impunidad del mundo, son los mismos que han hecho de este país la mierda que es hoy día.
Malditos!

EL ENMASCARADO dijo...

Como usted dice, la muerte le dio la inmortalidad, como a un buen heroe de la vida y de los derechos Jonas Moller

en su libro que por cierto tiene un prefacio de GOLDMAN)...
Creo que es obligacion de todos nosotros los guatemaltecos, pagarle un respeto merecido al Obispo y exigir justicia y mejor, trabajar por que los errosres del pasado, se sepan y 'nunca mas' se vuelvan a repetir...
JUSTICIA SI, Venganza Jamas ( o nos volvemos peor que el caracter de ariel dorfman).

Anónimo dijo...

Varios esfuerzos han tratado de explicar este crimen; sus echos, algunos actores y los resultados que la mayoria bien sabemos. Mientras tanto, los asesinos intelectuales y el resto de los materiales andan por alli campantes y sonantes como siempre, sin que nadie se atreva a sen~alarlos por sus propios nombres ni a enjuiciarlos como se debe. Dicha cobardia/encubrimiento es quizas un crimen mayor y de algun modo complicidad tambien.
Ojala no haya crimen encubierto que dure cien an~os, ni pueblo que lo resista.
Salud AnaMaria...

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Mi recuerdo, mi esposa planificaba venir a España a vivir conmigo. Días más tarde sería así.

Mi padre me despertó sobresaltado por la noche, estábamos en Andalucía para asistir a una boda. Habían matado a alguien muy importante en Guatemala, me dijo.

La llamé a ella y así comencé a enterarme de la obra de Gerardi.

Abrazos, amiga.