La ciudad de Jena, Louisiana, que cuenta apenas con tres mil habitantes fue testigo, ayer, de una marcha de diez mil personas que protestaron por el encarcelamiento ilegal de seis estudiantes negros, acusados de apalear a un estudiante blanco. La marcha, que recordó aspectos del movimiento de los derechos civiles en los sesenta y setenta fue encabezada por el reverendo Jesse Jackson, ignorado por los medios de comunicación.
La cuestión del racismo comenzó a calentarse cuando unos estudiantes negros fueron a sentarse bajo un árbol donde ‘solo pueden sentarse los blancos’. Al día siguiente, unos lazos semejando horcas amanecieron colgando de las ramas del árbol. El asunto debe haber enfurecido a muchos, porque se trataba de una terrible alusión al tiempo del Ku Klux Klan.
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