miércoles, agosto 08, 2007

Los Hunos del Siglo XXI


El guatemalteco José Corado falleció el lunes pasado en EEUU. Padecía de cáncer y aunque su padre y su esposa, --pastores bautistas ambos, también guatemaltecos-- solicitaron visa para estar al lado del hijo en sus últimos momentos, la visa les fue negada con la frialdad horripilante que habita el consulado de aquel país en esta ciudad.

La familia Corado --en la foto cuando la deportaciòn-- llegó a Estados Unidos hace 16 años, víctimas de persecución política. Pidieron asilo y les fue negado, pero el padre, Raúl Corado, obtuvo una visa como trabajador religioso y se desempeñó como pastor bautista, primero en Colorado y luego en Utah. El abogado que tramitó la visa no hizo las mismas gestiones por la familia, pero tampoco se lo hizo saber al religioso.

En febrero de este año, el servicio de inmigración les dio 60 días para abandonar el país, por ser ‘inmigrantes ilegales’. Por su enfermedad, el hijo varón pudo permanecer en EEUU para recibir el tratamiento de quimioterapia. Cuando hace unos días los padres supieron que el fallecimiento del hijo era inminente, solicitaron unas visas por razones de humanidad, pero no se las otorgaron.

Hoy en el New York Times se anuncia que en la presente semana el gobierno federal estadounidense dará a conocer las sanciones que aplicará a los empresarios que den empleo a los indocumentados, medidas que serán reforzadas con allanamientos a los lugares de trabajo.

Lo anterior, dice el NYT, es con la intención de quedar bien con los conservadores y también, tratando de lograr en el congreso un arreglo para solventar la situación de 6 millones de indocumentados.

Más del 70% de los trabajadores agrícolas son indocumentados, porque los bajos salarios que se pagan en el campo no le atraen a los gringos. La paradoja infernal es que, aunque nos quieren para que les hagamos el trabajo sucio, siempre están tratando de echarnos.

El caso de los Corado es modélico, y analizándolo puede darse cuenta uno de la esquizofrenia que caracteriza a los Hunos de nuestro tiempo. Un caso ejemplar nos habla de los cientos de casos de todos los días. El sufrimiento de ciertas tribus a manos de los Hunos. Y no me refiero a los antiguos Hunos sino a los herederos de aquellos que florecieron en Alemania por los años 30 y 40 del siglo pasado.

1 comentario:

Pirata Cojo dijo...

Triste realidad la de los migrantes, por la razón que sea, en muchos casos hambre, deciden partir a jugársela en las tierras del imperio, al rato si trabajan por comida y techo al mejor estilo romano, los dejan de fastidiar.