La guerra de las galaxias digitalizada

El viaje de Bush a Europa ha agitado las aguas internacionales. En primer lugar, y aunque Putin haya hecho el gesto de tenderle una mano ofreciéndole actuar conjuntamente --oferta que el inefable no aceptó-- las relaciones entre Rusia y EEUU están muy tensas. Bush acaba de afirmar que si la ONU no avanza en su plan de independencia supervisada para Kosovo, el gobierno de su país reconocerá tal independencia, aunque Rusia se oponga.

En el famoso plan de la guerra de las galaxias, como la prensa llamó al plan de Reagan que Bush acaba de desenterrar, algunas estaciones ya funcionan de nuevo: en California, Alaska, Groenlandia y en el Reino Unido. Pero Bush necesita ‘escudos’ en Europa, y parece que ni los checos ni los polacos están anuentes a comprometerse porque decirle que sí a EEUU puede significar el fin de las políticas de defensa de la Unión Europea, y de la OTAN.

Estados Unidos dice estarse preparando para el eventual lanzamiento de misiles de Corea del Norte o de Irán –-el nuevo eje del mal según los gringos-- pero Moscú lo que teme es que el sistema esté dirigido a interceptar cohetes rusos.