martes, mayo 22, 2007

Petición personal

Tengo algún tiempo de encontrarme con la palabra desafío allí donde debiera decir problema, complicación, relajo, etcétera. Me vuelvo aún más desconfiada cuando la oigo en la boca de ministros y funcionarios que están enfrentados a verdaderos desastres y, pretendiendo una sonrisa al final de cada intervención --como lo recomiendan los manuales de imagen-- esbozan la mueca fatídica que acompaña invariablemente a la palabra a que me refiero.

¿Me quieren explicar cómo caímos en la jactancia y la fanfarronada --otros significados de desafío-- de andar convirtiendo por arte de magia (hoy de moda en este blog) un problema real en una babosada?

No hay comentarios.: