martes, febrero 20, 2007

Se salvaron los escolares

Una señora me ha escrito contándome cómo el año pasado, a causa de una enfermedad bronquial de su niña, sufrida por tomar el bus para el colegio durante el régimen de cambio de hora, tuvo que gastar más de 4,000 quetzales entre neumólogo y medicinas, ya no hablemos de la gravedad que sufrió la pequeña y la angustia de su familia. Habitualmente la niña, que ahora tiene cinco años, toma el bus a las cinco menos cuarto de la mañana.

Había pensado en una campaña contra el cambio de hora. Al fin y al cabo estamos en un país tropical, donde los movimientos del sol no varían mucho. La medida se justifica en países más australes o boreales, donde en el verano hay luz natural hasta las diez de la noche, por ejemplo.

Afortunadamente, la ministra de energía y minas ya ha dicho no al adelanto de la hora.

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