Entre el mar de noticias urgentes se pierde el día a día de los palestinos. Según El País de hoy los israelitas aumentaron el año pasado, en un 40%, las barreras y controles militares por donde entre un mar de humillaciones los palestinos entran a Israel para trabajar o en busca de servicios que no poseen por su extrema pobreza.
En una crónica que da grima se anota que el paso se prohíbe a las personas según su edad. Habitualmente se deja pasar a los mayores de 32 años. Pero hay días en que se eleva la edad a 40 o 50 años sin aviso previo.
Desde 2002 han muerto 72 personas en las largas filas para pasar por la garita: esperaban su turno para ir a un hospital; 30 mujeres han parido en la fila y ahora, las palestinas prefieren dar a luz en su casa y el número de niños nacidos muertos se ha elevado, según datos de una ONG israelí.
Para evitar las largas horas de cola algunos jóvenes han comenzado a cruzar por senderos y extravíos, pero entonces son cazados. Es tal la paranoia de los soldados israelitas que el domingo pasado mataron a un joven que corrió para alcanzar un bus. Lo acusaron de haberlos atacado con un cuchillo. Los israelitas, nazis de Medio Oriente.
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