Tras el asesinato de Anna Politkóvskaya, los hombres poderosos a quienes denunció en vida por su complicidad en la violencia que ha sufrido Chechenia, han apostillado su muerte de manera ejemplar:
Putin ha dicho que su muerte es trágica; el presidente ruso hizo ese comentario hablando por teléfono con el señor Bush. El primer ministro checheno, Ramzan Kadyrov, dijo que aunque no compartía muchos puntos de vista con la Politkóvskaya, enviaba sus condolencias a la familia.
La verdad, su asesinato es un golpe trágico a la libertad de prensa en Rusia, y aunque el periódico 'Novaya Gazeta' para el que trabajaba, asegure que mientras exista ese medio, el asesino no descansará tranquilo, la colega se suma a los más de 300 periodistas que han sido asesinados en Rusia desde 1991.
Algunos periodistas europeos aseguran que Anna fue ultimada por un asesino a sueldo, forma ya habitual en Rusia de deshacerse de los personajes molestos.
lunes, octubre 09, 2006
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2 comentarios:
Estoy seguro que eso me recuerda algun pais, de la eterna dictadura
Del "terrorismo de estado" y las muertes a dedo, pasando al simple terrorismo basado en diferencias de opinión, y las muertes a sueldo. Qué tristeza.
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