sábado, junio 10, 2006

Seremos felices un tiempo

Por ahí por los catorce años comencé mi corta vida de cronista de deportes. Fui muy feliz con el beis, el basquet, la natación, hasta con el boxeo y la lucha. Pero siempre evadí el fútbol porque, debo reconocerlo, soy analfafútbol, como me llamaba el divino Humberto Arias Tejada. No volví a ver un partido de fut sino hasta cuando trabajaba en Crónica, porque los más patojos eran aficionados. He visto uno que otro partido de Holanda y de Alemania. Si les digo que jamás he visto uno de Brasil comprenderán mis carencias.

Uno de mis blogueros favoritos, Orsai, estará fuera de servicio durante el mes del mundial. Es un argentino que vive en España y vivirá el fut a fondo. No sé si regresará al blog con el hígado en compota.

Me alegré mucho ayer con el papel de Costa Rica en el partido que abrió el mundial. Y me alegro más por los guatemaltecos, que al menos durante un mes tendrán anestesia suficiente para enfrentar el día a día. Como a la vejez viruelas, me encantó ver a Pelé. Y en cuanto al Kaiser, muchos se beneficiarían de su talante, palabra que regresó al vocabulario popular gracias al ídem de Rodríguez Zapatero. Que lo disfruten mucho.

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