Aparentemente no muchos quieren ser amarrados a la mesa de desarrollo rural, una más de las mesas, instancias, diálogos y comités que el actual gobierno ha puesto en marcha en diversas épocas de su vida política con poquísimo éxito porque durante el período de la Gana, aunque parezca un retruécano, no hemos ganado nada. Entre los que no desean ser atados a la mesa se encuentra el CACIF (Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras) que hasta el día de hoy no se había asignado un puesto en ella. Eso sí, el CACIF ha pedido respuestas pormenorizadas sobre el menú, sobre todo en aquellos aspectos que se refieren a la conflictividad agraria.
Como si ninguno de los poderosos en Guatemala hubiera tenido algo que ver con el estado actual del país, especialmente con lo que sucede en el campo y que va desde el hambre hasta el olvido pasando por la falta de oportunidades de salud, de educación y de trabajo, el presidente del Comité, señor Sergio de la Torre, se ha disculpado anticipadamente diciendo que el proceso de cambio (elPeriódico, página 4) llevará muchos años, y que no podrá ser resuelto en 30 días.
Daniel Pascual, dirigente de la CENOC (Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas) afirmó que si no se habla del tema agrario, o sea demanda de tierras, catastro, certeza jurídica, no tiene sentido sentarse a mesa alguna. Airado ante la falta de comensales, el vicepresidente Stein ha sido categórico: "Si la sociedad guatemalteca no quiere sentarse a discutir…no podemos amarrar a la pata de la mesa a nadie".
lunes, mayo 22, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario