Mostrando las entradas con la etiqueta Berger. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Berger. Mostrar todas las entradas

miércoles, julio 18, 2007

Que se moje los pantalones

El señor Berger todavía está paralizado en el estrecho corredor del perdón o no perdón presidencial. No sé cuántas docenas de presidiarios esperan en el corredor de la muerte la aplicación de la pena que les impuso el Organismo Judicial en todas sus instancias. O el perdón presidencial.

Ya en su tiempo el insigne prófugo de la justicia --por dos veces, no hay que olvidar Chilpancingo-- evitó meterse en esas aguas. Y partió a México lindo y querido donde goza sabrosamente del pacto entre Berger y el FRG, acuerdo que nos ha regido durante casi cuatro años.

Pero el señor Berger todavía habita el guacamolón. Claro que a él, lo que le gusta, es fotografiarse en uno de los corredores del Palacio, frente a una cortina de flores, o acompañar a algún distraído a poner una rosa en el llamado monumento a la paz.

Lo ideal sería que se mojara los pantalones --la otra palabra es muy mal vista en este país-- y diga sí o diga no. Pero que diga algo, que se comprometa siquiera por una vez.