lunes, diciembre 15, 2008

La plaza más fea de Europa


En algún momento de mi vida leí Berlin, Alexanderplatz, de Alfred Döblin, y la primera vez que fui a Alemania me tomé el trabajo de visitar la plaza. No era nada excepcional. En otras ocasiones pasaba en bus frente a ella y seguía sin entender por qué los turistas acudían a ella en manadas. Supongo que habían leído la novela. Y que conste que en América también tenemos plazas horrorosas.

Ahora quienes la llenan por la noche son los jóvenes, que sin tener edad para entrar a una discoteca o algo parecido, se las arreglan para beber en las calles, apiñados como marabuntas.

El fenómeno de los tiernos muchachos (y muchachas) que se pasan la noche bebiendo en la calle hasta caerse es casi normal en nuestros días y supongo que tiene que ver con que la sociedad no sabe qué ofrecerles, excepto los anuncios dionisíacos de la tv sobre el alcohol y sus supuestas maravillas.

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