La visita sorpresa de Bush ayer a Irak, la tercera visita secreta del inefable a ese país, parece ser una especie de bálsamo destinado a surtir efectos sobre la irritada piel de los soldados de EEUU ante el aviso del retiro de Gran Bretaña..
Inglaterra, la gran aliada de EEUU ya no puede sostener por más tiempo el engaño. Los cerca de 5,500 soldados británicos retornarán poco a poco a su país. Solo los ingenuos pueden creerle al primer ministro Brown que la salida de Basora es solo un cambio de papel en las tareas de los soldados ingleses.
Las divergencias entre los aliados se van ampliando. Los ingleses se irán a mediano plazo. Sobre la retirada de los 160,000 soldados gringos no se dice nada. Aunque en EEUU los dos partidos se ataquen y hablen de la retirada, el asunto no deja de ser una estrategia electoral.
Dentro y fuera de su país, Bush se queda solo.
martes, septiembre 04, 2007
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