viernes, agosto 10, 2007

Amantes de volcanes


Son las cinco y media de la mañana; asomada al balcón veo el cono del Volcán de Agua, azul claro, clarísimo, rodeado de un inmenso halo color rosa. Las cenizas que lanza su vecino, que ha lanzado, se van volviendo naranja. Hacia el norte, el cielo está despejado y sobre el horizonte hay unos leves tintes de color carne que no logran competir con ese estallido de colores en los que se envuelven los volcanes de Fuego y Acatenango.

La acumulación de nubes, ceniza y luz de sol es espléndida.

Hace unos años estuve trabajando en Antigua. Viajaba hacia allá los lunes a las seis de la mañana; regresaba el viernes por la tarde. Me pasaba la semana entera viendo la mole del Agua desde cualquier lado de Antigua y cuando salía de mi apartamento para ir al trabajo, desde un segundo piso interior tenía la visión panorámica completa: el Acatenango con sus dos picos, el Fuego y el Agua. Espléndidos.

Pero cuando regresaba a casa el viernes, y en un recodo del camino quedaba a mi vista el macizo del Volcán de Pacaya, se me aceleraba el corazón. Como si fuera a reunirme con un amante.

La foto de arriba, ni es mía ni es de estos días, pero aquí se las dejo a los que andan lejos.

Por la tarde: La foto de arriba es de Héctor Roldán, y al visitar su sitio, me he traído unos volcanes para el Charakotel.

10 comentarios:

Pirata Cojo dijo...

¡Qué maravilla de volcanes tenemos! naturaleza pura, me uno al club de lo smantes.

Anónimo dijo...

Oye qué bonita foto!!! (es mía) una mención de crédito no sería mala eh?

El Acatenango nos regaló una excelente noche esa vez y curiosamente nos encontramos familias con gente de todas las edades, contamos 45 personas....

El de Fuego estuvo lanzando tetuntes del tamaño de una refri y de un auto. Fue una noche y madrugada fría.

Anónimo dijo...

Amo los volcanes tanto como al mar y se me antojan en un itsmo. De alli la imposibilidad de enamorarme de otra geografia.

Hoy hago mias (para esa geografia) las lineas que un exilado enviara por medio de un amarillento cablegrama, a su "enamorada" en Guatemala... "Irremediablemente, te extran~o".

EL ENMASCARADO dijo...

Lindas fotos, hace algunos añitos estabamos en cuba hablando de muralismo mejicano cuando tuve la oportunidad de apreciar despacito la obra del maestro Gerardo murillo, las fotos me recuerdan su trabajo, gracias por compartirlas, el arte es DEL PUEBLO, y la mejor artista, LA MADRE NATURALEZA.

La Chachi dijo...

Yo soy una enamorada de los volcanes, especialmente de los de mi tierra.

Es de lo que más extraño estando lejos.

Cuando veo un volcán se me alegra el corazón y me hacen pensar que tanta belleza, sólo la puede hacer Dios.

Iván González Prieto dijo...

Gracias por la imagenes visules y escritas, lanostalgia es tanta que irremediablemente lloro.

desde mi autoexilio en Berna.

charakotel dijo...

Un millón de gracias por regalarme la estampa de dos de "mis" volcanes, a quienes también extraño mucho... snif!

Cesar Martinez dijo...

Ya tengo un par de años de no subir ningun volcan y ahora ya me dieron ganas.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Son apabullantes símbolos de Guatemala.

Unknown dijo...

Me uno también al club de amantes de los volcanes. Para dicha mía, todavía los puedo contemplar día a día.
JPO