En Barbados, las compañías tabacaleras comenzaron una campaña afirmando que fumar es uno de los placeres ireemplazables de la vida. No tardaron mucho los científicos en responder que los tóxicos contenidos en el humo del tabaco reducen el sentido del olfato, del gusto y del tacto en los fumadores habituales y por lo tanto, se ven reducidos los placeres de comer y beber o de sentir caricias.
Lo que es peor, la impotencia masculina es uno de los displaceres que se derivan del fumar; y tampoco hay placer en el dolor y el sufrimiento del cáncer, los derrames, los enfisemas, solo por mencionar algunas de las enfermedades fatales que son resultado de fumar habitualmente.
Gracias, Carlos Vassaux.
lunes, junio 04, 2007
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