Los japoneses tradicionales van por sus ciudades con el pelo parado. Enjambres de jóvenes andan a la caza de quienes quieran dejarse abrazar. Estos adolescentes se enteraron por You Tube, de la campaña de un australiano desconocido, que se hace llamar John Mann, que propone ir por el mundo dando abrazos para ver sonreír a las personas.
En Guate, donde todo el mundo se espanta si escucha pasos rápidos a la espalda, lo de los abrazos no tendría muy buen resultado. Quizás hasta provocaría paros cardíacos. Así andamos.
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2 comentarios:
Pero no siempre fue así. ¡Qué pena, qué nostalgia... qué rabia!
Hace muchos años -1979- fui a Nueva York y una mañana, caminado por una calle, me acerqué a dos mujeres que venían paseando un perro, para preguntarles la hora. No saben el susto que se dieron, hasta que no entendieron de que se trataba.
No olvido aquel hecho, porque entonces reflexioné sobre lo terrible que era vivir en el terror provocado por la inseguridad, por el miedo al otro, en fin... ahora, como bien decís, en Guatemala, el corazón podría paralizarse si ve venir a alguien directa y rotundamente hacia sí.
En algún momento, que todavía podemos recordar, Guatemala no era así... habían otros horrores, eso sí.
Jajaja, que chistoso e irónico... resulta que el domingo pasado, encontré en Pasos y Pedales a 5 chavos regalando abrazos. Como era de esperarse, nadie quiso seguirles el juego. Que lástima que ya no se pueda vivir con tranquilidad y felicidad en Guatemala.
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