lunes, diciembre 18, 2006

El dedo en la llaga

Juan Luis Font, en su columna de hoy, hace ver el ominoso silencio --yo añado cómplice-- de la procuraduría de los derechos humanos ante el artículo de hace tres semanas de Claudia Méndez Arriaza, en el que la valiente periodista relata aspectos desconocidos en la incursión a Pavón, que tanto aplaudimos en su momento.

En su detallado artículo, Claudia narra lo que le confiaron testigos del hecho, parientes de los muertos, pormenores hasta ese momento no conocidos, que nos hacen desconfiar de las declaraciones de las autoridades carcelarias y policiales.

El silencio del defensor de los derechos humanos ante la escalada de los desmanes de las ‘autoridades’ policiales produce horror, desaliento y repudio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando me enteré de lo de Pavón sospeché lo peor sin saber casi nada. Ahora comienzo a tenerlo más claro.

Saludos.

Anónimo dijo...

A mí no me parece que la procuraduría haya estado tan callada como menciona Font. De hecho en el blog de elPeriodico algunos lectores criticaron el que el procurador haya dicho que investigarían los desmanes que habrían sucedido. A menos que la investigación de marras no haya existido, habrá que esperar las concluciones de la misma.

Saludos cordiales señora doña Ana.