¿Reformar el Estado?

Se afirma hoy en el editorial de elPeriódico que el congreso se ha convertido en un mercado y se pone como ejemplo de tal aseveración que en estos días los diputados, bajo el pretexto de analizar el proyecto de presupuesto de 2007, están repartiéndose los fondos del Estado --es decir, los suyos y los míos-- aumentándose las prebendas, las ventajas y los privilegios. Sería largo incluir aquí los desmanes de esos funcionarios cuya entrada a las listas electorales va precedido de abultados aportes al partido que los propone.

El editorial finaliza diciendo que urge la reforma del Estado. Pero no se dice en qué consiste esa reforma del Estado. Sería bueno que, si la proponen, la divulguen. De lo contrario, vamos a creer que es solo parte del juego de la repartición de nuestros dineros.

Eso sí, ninguno de los virtuales candidatos a la presidencia ha dicho esta boca es mía. También ellos están interesados, muy interesados, en ver cómo los diputados de sus respectivos partidos obtienen fondos para proyectos electoreros. Tal vez no haya que reformar el Estado, sólo echar a las bestias negras del congreso y reducir el número de curules.

Hace años Siglo XXI lideró con gran éxito una campaña contra un congreso corrupto. ¿Por qué no repite José Rubén el numerito?